Dame una palabra en que pensar,
un pedazo de vida, un secreto
que guardar hasta el olvido.
Dame algo que pueda mover mis dedos
hacia la derecha del papel
y así poblar tu cuerpo de letras .
Dame un sueño que me permita
cerrar esta jaula
en la que te oculto, aún inexistente,
para sumarte
a mis temores.
.
.
.
-el tiempo perforado-